“ El que no lucha no hace guerra. “ El que no hace guerra no tiene victoria.
A veces, cuando el Espíritu Santo te llama a predicar el santo evangelio y la promesa de salvación con la sangre de Cristo, a veces olvidamos lo importante de luchar, en el espíritu y tambien con nuestras acciones:
Como podemos hacerlo según la palabra del Señor?
Por un lado, con todo ruego de día y noche;
Y, por otro, actuando tal como Josue cuando decidió entrar a las tierras prometidas: trazando planes, estrategias, sin ser agresivos pero entrando poco a poco a esos terrenos que el Señor nos heredó. ( tu familia, la educación de tus hijos, que tu barrio tenga paz y justicia, sanar enfermos, echar fuera demonios ).
Luchar en el Espíritu y Luchar físicamente sacando la luz de Cristo hacía las calles y lugares donde el ya nos ha colocado es indispensable para ser disculpas: al que tiene y dio fruto le será dado aún más .
Como poder sacar esa luz que tenemos a veces escondidas en debajo de la mesa? Sobre todo si soy tímido o tengo falsa humildad— o el peor de los casos, soy excesivamente Nazareno y no quiero tocar o los impuros, tanto que no cumplo el mandamiento de predicar, ouch! ( esta última me pasó hace algunos meses)
Podría ser bien , sacar esa luz! Con el predicar a todo el edificio donde vives, el parque donde juegan tus niños; o a los compañeros de oficina. Lo cierto es que se nos olvida que estamos en una constante guerra espiritual por el Alma de los gentiles. Es normal ver que estos días —aún cuando sabemos que ya se ha manifestado el verdadero gobierno de este siglo; que no hay lucha; que nos hay cristianos en países más pacíficos siendo llevados a la cárcel; ni templos siendo cerrados. Por que..? Porque no han entrado en la lucha. El enemigo no tiene necesidad de hacer guerra; si tú y tu congregación de hermanos no han salido a luchar y dar una voz concreta en nombre del reino en que creemos. Aunque es verdad que hemos sido enviados como ovejas entre lobos; también tenemos que aprovechar esta mansedumbre como oportunidad para llegar al terreno de los lobos y lograr la justicia que El Salvador quiere que hagamos como discípulos suyos que somos.
Que es llegar a ese terreno de lobos?
Una forma, la cual por nuestras propias vivencias como discípulos de Jesus sabemos que es la primera y última forma de llegar; Es la oración. Ya que ella te permite acceder al Monte donde el Señor está en su trono; y una vez allí, encontrarás más hermanos en esa viña del cielo para poder derribar todo tipo de anatema; derribar hombres fuertes de tu calle o ciudad; liberar presos en cárceles espirituales; enfermos; y sobre todo; regar espiritualmente las semillas que has sembrado habiéndoselas presentado al Señor después de predicar o hablarle a una persona concreta sobre El.